Una intervención de blefaroplastia siempre busca rejuvenecer el párpado eliminando aquellas arrugas que se forman por el paso del tiempo y hacen que nuestra mirada sea menos visible, resulte triste y apagada.
En algunos casos, esta intervención es absolutamente necesaria porque puede llegar a afectar al campo visual. Un cirujano experto sabrá llevar a cabo la operación de blefaroplastia con magníficos resultados, tanto en el campo funcional como estético.
Con el envejecimiento, el párpado superior acumula grasa y da lugar al descolgamiento de la piel. En la intervención de blefaroplastia, se elimina la piel sobrante para dejar limpio el campo de visión. Esta acumulación de grasa y la caída del párpado suele empezar a producirse a partir de los 35 años, pero en ocasiones se da antes o es muy pronunciada debido a factores hereditarios. Es posible intervenir los párpados superiores, inferiores y eliminar bolsas de grasa.
El fin de la intervención es lograr unos resultados estéticos y juveniles, sin modificar los rasgos y protegiendo el campo ocular en todo momento.
La intervención quirúrgica varía con cada persona y requiere una técnica diferente. Un cirujano experto en cirugía plástica avanzada podrá evaluar la actuación más adecuada. Generalmente, la intervención se realiza de forma ambulatoria en nuestra clínica Epitouch, bajo anestesia local.
Cada vez son más personas que se hacen este tipo de intervenciones dado el resultado tan satisfactorio, rejuvenecedor y natural.
A partir de los 30 años se inicia un proceso en los párpados superiores de engrosamiento del tejido y de flacidez, y también se va acumulando grasa en ambos párpados, superiores e inferiores, las conocidas bolsas. Dependiendo de cada persona, estos cambios pueden ser más o menos rápidos y llegar a suponer un problema estético.
Se trata de una técnica quirúrgica que corrige el exceso de piel en los párpados, la flacidez y las bolsas de grasa, con el fin de rejuvenecer los ojos y, por tanto, el rostro.
La blefaroplastia permite devolver la juventud a la mirada. Con la intervención se consigue un contorno de ojos alegre y despejado, y se elimina la sensación de cansancio o tristeza.
La blefaroplastia está indicada siempre que el déficit estético sea evidente, normalmente en personas de entre 45 y 65 años de edad.
Para el párpado superior se realizan pequeñas incisiones en el pliegue, de manera que no queden cicatrices visibles.
Para el inferior puede hacerse una incisión externa, justo por debajo de las pestañas, o bien cirugía transconjuntival, lo que permite extraer las bolsas por dentro de la mucosa, sin dejar marcas exteriores.
La intervención dura de 40 minutos a una hora y media, dependiendo de si se operan los párpados superiores, los inferiores o ambos.
Solo precisa anestesia local. Cuando la cirugía de blefaroplastia afecta a los párpados superiores e inferiores también se aplica sedación.
Un cirujano experto debe valorar si el paciente es candidato a la intervención de blefaroplastia y si tiene un buen tono en la musculatura ocular.
Se trata de una cirugía que solo puede realizar un profesional cualificado y en las debidas condiciones de seguridad.
Tras la cirugía suelen producirse algunos hematomas, pero el posoperatorio no es doloroso. El médico recetará antiinflamatorios y antibióticos durante unos días.
Transcurridos entre 7 y 10 días de la intervención, ya se podrá volver al trabajo con total normalidad.
Después de la intervención se aprecia la diferencia de forma inmediata, pero se tardan entre dos y tres semanas en ver los resultados definitivos.
En unos días bajará la inflamación y los posibles hematomas. La desaparición absoluta de marcas puede tardar entre dos y tres meses.
El resultado es muy satisfactorio, ya que unos ojos rejuvenecidos otorgan una gran armonía al aspecto estético del rostro.